Manifiesta en cada encuentro, su valor: la unidad.
Energías centrípetas se estrellaron y mucha gracia tenían,
las pupilas voltearon para ver su luz, el suelo se abrió.
Ahí donde un juego se levaba, brotó una flor,
eramos conexión de cielo y tierra, raíces y pétalos...
Y, el tallo que articulamos, sostiene la flor humana.
Acro-Yoga