Soy como tú, ¡oh Noche!, oscuro y desnudo. Ando por caminos en llamas que están encima de mis sueños; y al toque de mis pies, de la tierra surgen las encinas.
-No, no eres como yo, ¡oh Loco!, pues aún miras atrás a fin de medir las huellas de tus pasos en la arena.
-Soy como tú, ¡oh Noche!, silencioso y profundo. Y en el corazón de mi soledad hay una Diosa que está dando un hijo, con el que el cielo ha de tocar el infierno.
-No, no eres como yo, ¡oh Loco!, pues aún te estremeces ante el dolor, y las canciones del abismo te infunden terror.
-Soy como tú, ¡oh Noche!, terrible y salvaje; pues mis oídos captan los clamores de naciones sojuzgadas y suspiros de tierras olvidadas.
-No, no eres como yo, ¡oh Loco!, pues todavía sigues siendo amigo de tu pequeño Ego, y no consigues ser amigo de tu inmenso Ego.
-Soy como tú, ¡oh Noche!, cruel y terrible, pues mi pecho está iluminado por naves que arden en el mar, y mis labios están untados de sangre de guerreros asesinados.
-No, no eres como yo, ¡oh Loco!, pues aún vive en ti el deseo de un alma gemela, y no has sido capaz de convertirte en tu propia ley.
-Soy como tú, ¡oh Noche!, jovial y alegre; pues aquel que yace dormido en mi sombra está ebrio de vino virgen, y aquél que me sigue está pecando con alegría.
-No, no eres como yo, ¡oh Loco!, pues tu alma está envuelta en un velo de siete pliegos, y no cargas el corazón en la mano.
-Soy como tú, ¡oh Noche!, paciente y apasionado; pues en mi pecho están enterrados mil amantes en mortajas de besos marchitos.
-¿Es verdad, ¡oh Loco!, que eres como yo? ¿Puedes cabalgar en una tempestad como un corcel, y agarrar el relámpago como una espada?
-Como tú, ¡oh Noche!, como tú, soy poderoso y erguido, y mi trono está construido sobre montañas de dioses caídos. Y frente a mí, pasan los días a para besar la orla de mi vestido, pero sin nunca tener la osadía de mirar mi rostro.
-¿Eres como yo, hijo de mi más oscuro corazón? ¿Es cierto que entre tus cienes vibran mis indómitos pensamientos, y que puedes expresarte con mi infinito lenguaje?
-Sí, somos hermanos gemelos, ¡oh Noche!, pues tú revelas el espacio y yo revelo mi alma.
Poema de "El loco y pájinas escondidas" de Jalil Gibran. Version Antonio Chalita Sfair.
-No, no eres como yo, ¡oh Loco!, pues aún miras atrás a fin de medir las huellas de tus pasos en la arena.
-Soy como tú, ¡oh Noche!, silencioso y profundo. Y en el corazón de mi soledad hay una Diosa que está dando un hijo, con el que el cielo ha de tocar el infierno.
-No, no eres como yo, ¡oh Loco!, pues aún te estremeces ante el dolor, y las canciones del abismo te infunden terror.
-Soy como tú, ¡oh Noche!, terrible y salvaje; pues mis oídos captan los clamores de naciones sojuzgadas y suspiros de tierras olvidadas.
-No, no eres como yo, ¡oh Loco!, pues todavía sigues siendo amigo de tu pequeño Ego, y no consigues ser amigo de tu inmenso Ego.
-Soy como tú, ¡oh Noche!, cruel y terrible, pues mi pecho está iluminado por naves que arden en el mar, y mis labios están untados de sangre de guerreros asesinados.
-No, no eres como yo, ¡oh Loco!, pues aún vive en ti el deseo de un alma gemela, y no has sido capaz de convertirte en tu propia ley.
-Soy como tú, ¡oh Noche!, jovial y alegre; pues aquel que yace dormido en mi sombra está ebrio de vino virgen, y aquél que me sigue está pecando con alegría.
-No, no eres como yo, ¡oh Loco!, pues tu alma está envuelta en un velo de siete pliegos, y no cargas el corazón en la mano.
-Soy como tú, ¡oh Noche!, paciente y apasionado; pues en mi pecho están enterrados mil amantes en mortajas de besos marchitos.
-¿Es verdad, ¡oh Loco!, que eres como yo? ¿Puedes cabalgar en una tempestad como un corcel, y agarrar el relámpago como una espada?
-Como tú, ¡oh Noche!, como tú, soy poderoso y erguido, y mi trono está construido sobre montañas de dioses caídos. Y frente a mí, pasan los días a para besar la orla de mi vestido, pero sin nunca tener la osadía de mirar mi rostro.
-¿Eres como yo, hijo de mi más oscuro corazón? ¿Es cierto que entre tus cienes vibran mis indómitos pensamientos, y que puedes expresarte con mi infinito lenguaje?
-Sí, somos hermanos gemelos, ¡oh Noche!, pues tú revelas el espacio y yo revelo mi alma.
Poema de "El loco y pájinas escondidas" de Jalil Gibran. Version Antonio Chalita Sfair.